Mundo cotilla

La prensa del corazón actualmente es lo más parecido al cotilleo que ha existido en el barrio durante toda la vida. Si menganita esta con menganito o menganito ha engañado a menganita. Las vecinas más cotillas del barrio siempre estaban al día de lo que sucedía, con varias versiones, todas de ellas parecían eran “verdad”.
Actualmente ese tipo de cotilleo es menor, aun existe. Con la sociedad globalizada, el cotilleo se ha globalizado, y el barrio es de nivel mundial, siendo los objetivos de cotilleo aquellos que conocemos gracias a la televisión y mediante esa difusión podemos hablar de sus cosas con los compañeros de trabajo, o los amigos, o cualquiera. Pues son cotilleos globales, ya todos sabemos los trapos sucios de Tom Cruise o de Jennifer Lopez, y hablamos de ello con nuestros seres cercanos, de la misma forma que criticaríamos a la panadera o a la vecina del segundo. Nada ha cambiado, simplemente el rango de cotilleo tiene más cobertura, antes era vecinal ahora es mundial.
Ahora las vecinas cotillas que todos veíamos mirando por la ventana, son los “periodistas” del corazón. Ellos son los que transmiten y juzgan las vidas de los personajes a criticar. Ellos son los que ponen y quitan protagonismo a cada chismorreo, según el juego que puedan dar. Son ellos los que se echan las manos a la cabeza cuando alguien no vive como se debería o cuando hace algo “inmoral”.
La globalización abarca todos los ámbitos de la vida, a nivel económico y a nivel social. Sirviendo la televisión como plataforma perfecta para difundir cualquier tipo de rumor, ya sea verdadero o falso eso no importa, de la forma más rápida y rentable posible. Todos nosotros somos cotillas, siempre existirán excepciones, pero que alguien me diga si no conoce a Yola Berrocal, o al Conde Lequio. Personajes creados, para ser pasto de los cotillas, y rentabilizando nuestra curiosidad de la mejor manera que es posible, dando de que hablar.
La televisión se aprovecha de nuestros instintos, y nos dejamos llevar por ellos, pues es una forma de hacer vida social, y satisfacer nuestra curiosidad. Lo que se debe enseñar, y deberíamos estar obligados a aprender es que es aquello que nos debe importar o por lo que debemos sentir curiosidad, nos tendría que importar más conocer el programa político de los partidos que votamos que las medidas del pene de un golfo, o sentir más curiosidad en saber a donde van nuestros impuestos que con quien se ha acostado un guapo jugador de fútbol. Mientras no tengamos claro que es importante a que no lo es, la prensa del corazón seguirá suministrándonos banalidades y nosotros las consumiremos.
¿A quien le podría interesar tenernos desatentos de los asuntos importantes? Creo que esta muy claro, pero no por ello estamos exentos de culpabilidad. Debemos despertar de este letargo.

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One Comment en “Mundo cotilla”

  1. Brocco Says:

    versión catódica del «pan y circo»


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